Voy a rendir un pequeño homenaje al
Negro Ordoñez al utilizar el concepto de costos de transacción (Nueva Economía y Negocios Agroalimentarios; NENA).
El precio interno de los granos se compone de la siguiente manera: a un precio FOB (afuera del país, al ladito nomás de entrar), se le descuentan los costos de ingresar la mercadería, en este caso los granos, al país, y asi llegamos al precio FAS (ya dentro del país, el que se utiliza para comercializar internamente).
Estos costos son dos fundamentalmente: retenciones (que actúan disminuyendo el precio interno FAS respecto del externo FOB), y los costos de FOBBING o los costos que se incurren en el proceso de exportación. Estos costos de fobbing se estiman en 4 o 5 U$S la tonelada, pero puse 9 y 6, según el cultivo, para tener un márgen o cierto colchón, más que nada, para que subestimar en vez de sobreestimar el efecto.
Entonces, debería corresponder que al valor FOB menos costos de fobbing menos retenciones = precio de mercado (teórico). Sin embargo, como ven en el cuadro, el fas teórico dista mucho del fas de mercado.

Esta diferencia es del menos del 1% para el maíz y la soja y de más del 20% para el trigo.
Esto significa que el productor agropecuario esta recibiendo por su producción precios inferiores en esas cuantías. ¿Quién se queda con la diferencia? Seguramente la diferencia se reparte entre varios agentes, pero no creo equivocarme si supongo que buena parte de esta renta queda en manos de las grandes empresas exportadoras.
¿Por qué en maíz y soja casi no hay variación y en trigo el diferencial es tan importante?
Aquí es donde entra el Negro Ordoñez. Los datos menores al 1% (estadísticamente insignificantes) se presenta en dos productos que no han sido objeto de la interferencia estatal por lo que existe cierta tranquilidad de que los contratos se cumplirán tal como se acordaron, es decir, existe cierta seguridad jurídica.
En trigo el diferencial del 20% podría entenderse en que ante un mercado taaan regulado, con claras intervenciones gubernamentales y con una expectativa creciente de "nuevos anuncios" que afecten aún más el mercado, el exportador "se cubre" captando una renta por lo que pudiera suceder, a modo de seguro.
En otras palabras, los costos de transacción se incrementan pari passu con la inseguridad jurídica y las medidas discrecionales del gobierno. El perdedor resulta ser el eslabón más débil de la cadena, el productor agropecuario.Etiquetas: costos de transacción, inseguridad jurídica, ordoñez