Apuntes Navideños
La ambigüedad con la que se festeja la navidad, revela el poco conocimiento de la fiesta del Nacimiento del Señor.
La celebración litúrgica de la Navidad apareció en Roma, hacia el año 330 aproximadamente. Desde allí, las costumbres y ritos pre cristianos fueron purificados y adaptados. La fiesta romana del natalis solis invicti (nacimiento del sol), se festejaba cuando el sol, al llegar al solsticio, inicia su retorno desde su alejamiento invernal, en el hemisferio norte.
Otras fiestas mezcladas eran las saturnales, tiempo de regalos y alegría que se celebraban en diciembre; las Estrenas o fiesta del año nuevo, con adornos e iluminaciones de casas.
La liturgia cristiana incorporó algunas tradiciones, como el encendido de las candelas: figura de Cristo, luz del mundo.
También el árbol de Navidad tiene su pre historia. En el Oriente lejano, la China, era el símbolo de la vida perdurable; en otros lugares fue la presentación figurada del universo. Los paganos, a su vez, siempre veneraron a los árboles, y a los más frondosos y altos le atribuyeron presencia de duendes y de hadas.
En el Antiguo Testamento, el árbol es presencia de la vida, como en el Génesis o como signo del pueblo de Dios colmado de bienes "plantados a las orillas del agua...". La referencia al Génesis fue constante en la Edad Media, ya que se emplazaban los juegos sobre Adán y Eva, sobre un abeto, del que se colgaban manzanas, dulces y otras frutas. Esto ocurría los días 24 de diciembre. El árbol del día de Navidad, de origen pagano, tomó así carta de ciudadanía cristiana. Ya en el siglo XVI, en los países del norte, el árbol de Navidad es el centro de la fiesta navideña.
Otra tradición curiosa es la de San Nicolás de Bari, Obispo de Mira, en Turquía. Su vida y sus milagros se desparramaron en abundantes leyendas admirables, con un culto poco igualado. En los Países Bajos, el nombre de San Nicolás se tradujo por el de Sinterklaas y así pasó al mundo anglosajón, adoptando el nombre de Santa Claus, introduciendo parte de la leyenda del dios escandinavo Thorn y aplicándosela a San Nicolás. Así nacieron historias de trineos, nieve, barba blanca... Lo que es cierto de San Nicolás fueron sus regalos, que realizó a una pareja pobre para que ella pudiera pagar su dote. De todas estas mezclas, un poco cristianas, un poco paganas, salió la figura de Santa Claus, Father Christmas, Papá Noél... el que trae regalos la noche de Navidad.
Pero la figura del prototipo de Navidad es el pesebre, el belén, el nacimiento. Es el ícono nuestro, cuya originalidad se le atribuye a san Francisco de Asís y cuyo testimonio nos ha dejado maravillosamente la pintura del Giotto. Es en el pesebre donde se reflejan más perfectamente los Misterios del cristianismo en la doctrina del Nacimiento del Salvador. La pobreza de sus figuras revelan el rescate de la humanidad a través de la limitación del hombre, figurada en la miseria de un nacimiento.
El pesebre, al cabo de casi mil años, resume el mensaje de los pastores, en los pobre de hoy, y el de los ángeles, en los santos de nuestros días.
(fuente: Padre Ariel Busso)
Feliz Navidad a todos.
A.E.
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