martes, noviembre 27, 2007

La economía argentina 2002-2007

No se preocupen, intentar un post luego de semejante título asustaría a cualquiera.

Voy a recomendar el último trabajo de la CEPAL que se llama: "Crisis, recuperación y nuevos dilemas. La economía argentina 2002-2007", donde Bernardo Kosacoff fue el natural editor.

El temario promete:

I Crisis, recuperación y nuevos dilemas La economía argentina 2002-2007
Guillermo Anlló, Bernardo Kosacoff y Adrián Ramos

II Macroeconomía en recuperación: la Argentina post- crisis
Oscar Cetrángolo, Daniel Heymann y Adrián Ramos

III El crecimiento reciente de la industria argentina Nuevo régimen sin cambio estructural
Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta

IV Evolución reciente de la balanza comercial argentina El desplazamiento de la restricción externa
Carlos Bianco, Fernando Porta y Felipe Vismara

V Inversión extranjera directa en la Argentina Crisis, reestructuración y nuevas tendencias después de la convertibilidad
Gabriel Bezchinsky,Marcelo Dinenzon,Luis Giussani,Omar Caino,Beatriz López y Silvia Amiel

VI El desarrollo agropecuario en las últimas décadas: ¿Volver a creer?
Roberto Bisang

VII La innovación en la Argentina post-devaluación Antecedentes previos y tendencias a futuro
Guillermo Anlló, Gustavo Lugones y Fernando Peirano

VIII Crecimiento económico y desigualdades territoriales en Argentina
Francisco Gatto

IX El mercado de trabajo luego de la crisis Avances y desafíos
Luis Beccaria

X Políticas sociales en Argentina: viejos problemas, nuevos desafíos
Guillermo Anlló y Oscar Cetrángolo

Cada capítulo merece ser leído con profundidad por lo que las 441 páginas del texto completo deberán ser impresas sin piedad por la impresora.

Pero me interesa destacar al menos un punto del trabajo. Aprovechando el enfoque agroindustrial del blog, creo indispensable señalar el texto que escribió Bisang sobre el desarrollo agropecuario de las últimas décadas. Me pareció muy bueno verlo publicado bajo el paraguas de la CEPAL. Si bien aún no lo leí en detalle, me encontré con una serie de afirmaciones que avanzan en el buen camino de la seria discusión del tema, sin caer en viejos paradigmas ni falsas ideas fruto del prejuicio y desconocimiento.

En fin, mucho material para leer. Les dejo el link para bajarse el texto.

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jueves, agosto 02, 2007

Y si lo dice la CEPAL



Kosacoff, director de la CEPAL para Argentina además de respetado economista y conocedor del sector industrial como pocos, fue claro y preciso en un tema que desde el blog vengo comentando con insistencia. La entrevista fue hecha por IECO.

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lunes, marzo 05, 2007

A confesión de parte... (Prebisch, versión muy resumida)

Este post es un resumen del anterior para los que no están tan interesados en el tema pero quieren leer algo sobre los términos del intercambio.

La CEPAL, Prebisch mediante, impuso la teoría de la tendencia secular de la caída de los términos del intercambio de los productos básicos (agrícolas para nuestro caso) respecto de las manufacturas. De allí se desprendía que había que proteger a la "industria" y entonces era legítimo quitarle recursos "al campo" para transferirlos al otro sector con "más futuro".

La industria no sólo nunca despegó en serio (sobreprotegida tenía pocos incentivos para ser verdaderamente competitiva) sino que encima se le impidió al sector agroindustrial desarrollarse y crecer por largas décadas.

Por eso la afirmación de que los precios de mercados son los mejores asignadores de recursos gana fuerza. Si la industria hubiese tenido un mensaje claro por parte de los precios, muy probablemente hoy la historia sería otra.

No hace mucho la CEPAL reanalizó esta cuestión y llegó a la conclusión que la tendencia descripta por Prebisch no se verificaba en la realidad.

Sin embargo hoy todavía existen muchos economistas que promueven políticas económicas basadas en aquellos viejos supuestos cepalinos.


A confesión de parte, relevo de pruebas.

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A confesión de partes, relevo de pruebas. (Prebisch, versión extensa)

Desconocer que Raúl Prebisch fue uno de los economistas argentinos más reconocidos, sino el mayor, sería necio de mi parte. Y sin duda alguna me animo a decir que fue el más influyente de todos. Sin embargo, no creo integre el dream team de muchos de los economistas locales, por ejemplo de quien escribe este blog. No obstante ello, tiene sus admiradores que son muchos e importantes como por ejemplo Aldo Ferrer, Julio Olivera y Larry, entre otros. Sí, Larry dije.

Larry defiende las ideas de Prebisch de manera tan antigua como acrítica. En su último post, se enfoca en la llamada enfermedad holandesa y su supuesta aplicación al caso argentino. En este post no voy a explicar porqué creo que Argentina no tiene dicha “enfermedad” que en parte ya expliqué aca, sino que aprovechando su post me voy a enfocar en otro argumento típicamente cepalino: la existencia de una tendencia secular al deterioro de los términos del intercambio de los productos básicos frente a las manufacturas.

Esta teoría acerca del comportamiento de los precios de los distintos bienes tuvo su marcado correlato en las políticas públicas y por ello creo que fue una de las teorías que mayor mal le hicieron a nuestro país. Desde la CEPAL se dio sustento teórico a la protección industrial argentina, sustrayendo recursos al sector agropecuario, demorando o imposibilitando en ciertos casos su desarrollo y crecimiento. Para ello se sobreprotegió al sector industrial, se cerró la economía, los aranceles de importación fueron muy elevados y no fueron extrañas las trabas directas a la importación, y, por supuesto, todo esto enmarcado con derechos de exportación (retenciones) muy altos. Pero a pesar de todo esto (y mucho más), nuestras infantes industrias no lograron madurar. ¡Quizás en aquella época no se hablaba de adolescencia tardía ni mucho menos!

Los gravámenes directos e indirectos de la agricultura, y el subsiguiente deterioro del crecimiento del sector, tuvieron también efectos negativos sobre los demás sectores de la economía así como también sobre la macroeconomía en general. Con tales políticas, los productores no tenían incentivos para incrementar su producción exportable, lo cual, unido a los muchas veces precios bajos a nivel mundial, significó el colapso de las ganancias de exportación reduciendo la capacidad de importación en apoyo de las estrategias de industrialización. ¿Los ciclos de stop & go les suenan?

Todo ello suponía, además, que era el sector manufacturero el que podría sacar a nuestro país de la pobreza y generar empleo. Pavada de premisa, ¿no?

El desarrollo agrícola presupone la integración de la agricultura en la macroeconomía, integrándose de manera creciente y fundamental con los restantes sectores y por eso ya no se habla de “países industriales” como tampoco se habla de “campo”, sino que se utilizan los términos que mejor explican la realidad actual: “países desarrollados” y “agroindustria”. Hay que hablar de industrializar el agro, por supuesto, así como hay que industrializar el arte, la cultura, el cine, el turismo, y tantos otros sectores. Para citar sólo un ejemplo, la biotecnología es tan avanzada tecnológicamente como los chips y los semiconductores, nadie lo pone en duda.

Además, muchas veces se olvida el verdadero significado de la palabra industria que según la Real Academia Española es el conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales.

Con dicha definición podemos afirmar que el campo es “más industria” que muchas “industrias” que para muchos son LA industria (perdonen el juego de palabras).

Prebisch fue demasiado pesimista en sus estudios. Los historiadores económicos dieron cuenta de un continuo incremento de los precios relativos de los productos básicos en todo el siglo XIX. Para tomar datos más recientes, el Banco Mundial cita a Jeff Williamson, historiador de Harvard, quien sostuvo que Prebisch probablemente se equivocó al señalar que habían disminuido a principios del siglo XX (la acelerada disminución de los costos de transporte hizo que los precios de los productos básicos de América Latina y el Caribe parecieran relativamente más bajos en Londres, donde Prebisch los midió, pero lo contrario habría ocurrido en el puerto de Buenos Aires).

Otro estudio del Banco Mundial concluye que desde el comienzo del siglo hasta 1973 los precios relativos de los productos básicos no revelaron tendencia alguna.

Para cerrar este extenso post, para el cual dejé mucha info afuera, voy a citar un documento de la misma CEPAL. Este organismo, en abril de 2003, y bajo la firma del por entonces secretario ejecutivo, José Antonio Ocampo, y de su asesora, María Ángela Parra, se preguntó qué había pasado con los términos del intercambio de los productos básicos en el siglo XX.

La respuesta no se hizo esperar:
“Según los resultados econométricos obtenidos en este trabajo, no hay evidencia de que exista una tendencia secular o continua al deterioro de los términos de intercambio.”
A confesión de parte, relevo de pruebas.



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viernes, marzo 02, 2007

Pobreza: Argentina un caso único

Miraba el "Panorama Social de América Latina 2006" de la CEPAL y me encontré con un gráfico que mide el avance en la reducción de la pobreza entre 1990 y 2006.

El porcentaje de avance se calcula dividiendo la reducción (o aumento) de la indigencia en puntos porcentuales observada en el período por la mitad de la tasa de indigencia de 1990. La línea punteada representa el porcentaje de avance esperado para 2006(64%).


Resultado lamentable.

Cada uno podrá encontrar diferentes conclusiones y analizar esto a gusto propio. Me gustó que la CEPAL tome un período tan extenso para que el debate posible sea más entretenido.

Argentina no es el país que mayor cantidad de personas pobres tiene de esa lista de países, eso está claro, pero sí es el país que menos hizo por los suyos, sean el número que sean.

(el "b/" de Argentina y Uruguay significa Área urbana)

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viernes, diciembre 08, 2006

Las computadoras, el maíz y Llach.

Luego del a mi juicio muy interesante debate en el post de retenciones (que espero continúe), dejo algo para bajar el nivel a -4, total estamos ya en el fin de semana largo y tenemos que ser más light, no? Además, no quiero ser menos provocativo que Larry.

Se armó revuelo con el post donde citaba la frase usada por Llach "En 1974, se necesitaban 272 toneladas de maíz (con precios récord) para comprar una computadora y hoy hacen falta sólo 4, con una mejora de 83 veces en el poder adquisitivo de ese grano, y también de muchas otras materias primas."

Recuerdo varios comments en este blog y en el de los vecinos de homoeconomicus.

En general, los comments apuntaban a que el beneficio de una computadora de hoy no es el mismo del que se obtenía de la de 1974, que eran dos cosas distintas y algunas otras cuestiones similares más.

Leyendo el suplemento de tecnología de La Nación, el siempre muy ingenioso Ariel Torres, nos viene a dar, sin quererlo, una mano.

Miren lo que dice:

En 1996 tuve que ir a los Estados Unidos para hacer unas notas y, de paso, tenía la secreta esperanza de traerme una cámara digital. La tendencia indicaba que iban a desbancar las convencionales y quería empezar a ganar experiencia con esa tecnología. Tarjeta de crédito en mano, una tarde recorrí varios negocios de hardware.

Recuerdo un modelo grande como una tostadora de pan que entregaba fotos a 640 por 480 pixeles y costaba 900 dólares. Lo de la tostadora es hiperbólico, claro, pero comparada con los prodigios de ahora, que caben en el bolsillo del pantalón, la exageración aplica. Por supuesto, decidí esperar. Aparte de que uno sabe que, en tecnología, cuanto más tiempo aguarde, pagará menos y obtendrá más, los números no me cerraban: con esos precios, el megapixel estaba en el orden de los 3000 dólares. En realidad, más. La tostadora estaba de oferta, supe luego.

Unos cinco años después tuve mi primera cámara digital, una Kodak de 3,2 MP que me costó unos 300 dólares, tarjeta de memoria incluida. El costo por megapixel se había desplomado a menos de 100 dólares. Hoy, en la Argentina, impuestos aduaneros mediante, el megapixel ha caído por debajo de los 60 dólares.
En este caso, la caída del precio de la unidad de megapixel (bien homogeneo) fue del 98% en sólo 10 años.

Lástima que no lee nuestros debates. Hubiese sido interesante que él mismo compare con el precio del maíz.

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martes, noviembre 28, 2006

De aquellas frases...

...que con tan pocas palabras dicen tanto.

Hoy, J.J.Llach en su columna del diario el Cronista dijo:
En 1974, se necesitaban 272 toneladas de maíz (con precios récord) para comprar una computadora y hoy hacen falta sólo 4, con una mejora de 83 veces en el poder adquisitivo de ese grano, y también de muchas otras materias primas.
Me pregunto dónde quedó la disminución secular en los términos de intercambio internacional de los productos primarios frente a las manufacturas. ¿Se acuerdan de la teoría de la CEPAL (Raúl Prebisch) la cual hacía dudar del papel potencial de la agricultura como fuente de divisas?

Quizás sea momento propicio para re-analizar aquellas series estadísticas y analizarlas bajo la luz de este nuevo crecimiento mundial "de onda larga", a lo Kondratieff.

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lunes, octubre 23, 2006

¿Ricos o baratos? Un mix de ambos, supongo.

A los argentinos nos gusta consumir, y mucho. Y lo llevamos a la práctica, nada de andar hablando mucho y haciendo poco si de comprar se trata. ¿Y nuestros países vecinos? Nooo, ellos no consumen tanto, por lo menos comparado con nosotros.

Así lo muestran los números de una publicación del Programa de Comparación Internacional (PCI) del Banco Mundial y la CEPAL (publicado en junio 2006, con datos 2005).

A ver, a ver...


Entonces tenemos el gusto de consumir un 60% más que el promedio regional. Me llama la atención la posición de los amigos charrúas, los suponía un poco más abajo.

Pero ese cuadro habla del consumo, veamos una importante variable que mueve las agujas: los precios.



Chile y Brasil son los países más caros, Argentina uno de los más baratos (parece que el nivel de pass trought sigue ofreciendo un interesante gap a los comerciantes...ah NO!, cierto que lo tenemos a Moreno. Menos mal, nadie quisiera subir en esta tabla y bajar en la primera).

Veamos los ítems de consumo:



Según el Banco Mundial, nuestro gasto es fuerte en los ítems seleccionados (todos por encima del promedio regional).
Somos campeones en alimentos y bebidas y, por supuesto, en salidas a restaurants y hoteles. En vivienda gastamos mucho así como también en vestimenta y calzado, aunque en este último ítem se nota que los chilenos son más coquetos que nosotros. ¿Será el gasto de la ex miss mundo, Cecilia Bolocco, que eleva el promedio?

Miren como los uruguayos gastan en transporte...llamativo.

Veamos los precios relativos ahora:



Vieron! yo sabía, pero me faltaba confirmarlo por algún organismo internacional: la carne argentina es relativamente barata. ¿y entonces por qué tantas restricciones, abuelo? Me dejó sin respuestas amigo imaginario. ¿Y nuestros autos también son baratos? Aca si que me sorprende el estudio. Mejor no midamos precio-calidad y veamos sólo el precio de los mismos y el nivel de salarios medios, o bien miremos las ventas y listo.
Argentina también es barata en servicios, en libros y periódicos.

Si les interesó el tema, les recomiendo bajarse las planillas anexas en las cuales encontrarán un índice de precio para varios países de América del Sur con una gran cantidad de bienes y servicios. Muy interesante y recomendable para analizar la estructura de precios relativos de cada economía en particular y de las interrelaciones que se generan intra-mercosur, por ejemplo.

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