martes, septiembre 02, 2008

Club de París: ¿una brújula o estamos perdidos?

El pago al Club de París no alcanzó para despertar a nadie. Los blogs casi no lo notaron y el merval cerró en baja al tiempo que los bonos fueron indiferentes, al menos en variación al cierre.

Larry lo felicita, Genérico lo considera poco ¿?, y Kaloma pide a gritos que salgamos de activos locales. Me quedé con ganas de un post del 0,33% o de Olivera.

Si obviamos cómo se pagó (si es que eso se puede!), me parece que va en el buen camino. Alguna vez tenía que pasar y mejor antes que tarde, amén de que ya es bastante tarde.

Para que el pago actúe como señal, el Gobierno no puede darse el lujo de esperar a que se abra el mercado voluntario por el solo hecho de haber pagado (con una actitud casi de matón de barrio). Necesariamente deberá buscar un arreglo con los hold outs, solucionar el infierno del INDEC, y volver a los habituales e inocuos análisis del Fondo. Eso sí sería una verdadera señal a la cual no le vendría nada mal una dósis de realismo a los supuestos del Presupuesto 2009 y corregir el rumbo en serio. Si este fuera el caso se podría decir que reencontramos la brújula.

Sí, en cambio, el gobierno no hace nada más, entonces se habrá pagado inutilmente porque el mercado no desconfiaba de la capacidad de pago con stock sino que desconfía del flujo hacia el futuro, y con esta medida nada ha cambiado al respecto. En este caso, lamento decirlo, vamos por el camino del estamos perdidos, o algo parecido.

Por último, no sé si será cierto, pero escuché a alguien decir que Redrado y Carlos Fernandez se enteraron minutos antes de la noticia. Si es cierto, al menos parcialmente, creo que la brújula está bien lejos.

Pero al menos, al meeeennnnnoooossss, se saldó esta deuda. Es un pasito hacia delante.

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miércoles, enero 10, 2007

Bono PBI. Inversión financiera, sí; buena negociación del Gobierno, no.

El 20 de noviembre les comentaba acerca de la creación del blog de Econométrica. En el último informe mensual de la consultora el tema de análisis fue uno que despertó cierto debate en la blogósfera local a partir de la columna de Prat Gay en el diario La Nación. Por ello creo que leer el informe resulta por demás de interesante (lo pueden bajar de la biblioteca).



El informe es muy claro inclusive para no expertos en el tema (como yo).

A continuación, realizo unos breves comentarios al respecto:

Objetivos a medio andar: Las "Unidades Vinculadas al PBI" no cumplieron el propósito de hacer más tentadora la oferta de reestructuración de la deuda pero sí lograron sentar la idea de que si a Argentina le iba bien post-default pagaría más.

Pago en efectivo batalla perdida: Con estos cupones el Gobierno quería evitar la realización de un pago en efectivo. Sin embargo, al otorgar cupones que estaban fuertemente subvaluados el Gobierno tuvo que adicionar un pago en efectivo por U$S 700 millones.

El corazón de la crítica:

Pagos efectuados hasta el momento

2005: U$S 400 millones (0.22% PBI de ese año)
2006: U$S 830 millones (0.39% PBI de ese año)
estimado 2007: U$S 1.350 millones (0.54% PBI de ese año).

En otras palabras: la economía crece marginalmente menos (9.2%; 8.7% y 8.0%; 2005, 2006 y 2007, respectivamente) pero paga cada vez más nominalmente y respecto del PBI.

¿Qué pasó?

PROBLEMA/ERROR: Pagar de acuerdo al crecimiento del producto, de acuerdo a los objetivos propuestos, me parece razonable. Para el cálculo se utiliza un crecimiento teórico plasmado en el prospecto de emisión del bono versus el realmente ocurrido. Si da por encima, se paga. Si da por debajo, no se paga. Pero el bono PBI tal como fue emitido paga por el crecimiento acumulado del PBI y no por la evolución puntual de la economía en un año en particular.

A mi juicio, ese fue un importante error ya que por más que el crecimiento marginal sea menor año a año, como el agregado sigue estando muy por encima de los comprometido, la obligación de pago es cada vez mayor. Es aquí donde no comprendo qué quizo hacer Lavagna y su equipo negociador.

¿Hay forma de medir lo antedicho? Sí, el informe lo estimó en:


(respecto del PBI)

Como en el año 2008 el PBI continuará aumentando por encima de lo establecido, en ese año el pago probablemente ronde el 0.6% del PBI (cifra de similar magnitud que la suma de los intereses que devengan los tres títulos que nacieron en el canje, según el informe).

El escenario económico actual es de superávit fiscal, sin embargo éste no se mantiene o incrementa sino que se reduce. Inclusive las provincias que en un principio aportaron al superávit hoy ya presentan resultados negativos. El año que viene es electoral y típicamente se esperará que el gasto público se acelere por encima de los ingresos. Asimismo se debe considerar el alza a los jubilados y la Ley de Educación entre otros gastos que ya hay que descontar. No veo un problema inminente ya que el colchón es amplio pero es necesario considerar todos estos factores a los fines de analizar la sustentabilidad de largo plazo del modelo.

Hacia el final y a pesar de estos comentarios que surgen del mismo informe, Castiñeira destaca que el canje debe seguir siendo considerado exitoso y que el Bono PBI no opaca el resultado. Para ello destaca el nuevo perfil de intereses y de vencimientos de capital, reducción de tasas de interés, capitalización de parte de los vencimientos de intereses, postergación de primeras cuotas de amortización de capital adeudado, y modificación de estructura de monedas (antes sólo el 3% estaba nominada en pesos, ahora cerca del 47%).

Las últimas observaciones son muy discutibles pero ello no impide que asegure que el paper se destaca por su objetividad, claridad de conceptos y fino análisis económico.

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sábado, diciembre 09, 2006

Ahora entiendo (Prat Gay)

Hace unos días comentaba que la columna de opinión de Prat Gay me había llamado la atención ya que no comprendía el timing en que realizó su (fuerte) crítica a la renegociación de la deuda, más aún considerando que ya todos conociamos su opinión.

Lo interesante es que al menos hoy comprendo el porqué de aquella columna...



Lo gracioso fue la frase con que cierra la nota, casi un calco del título de mi post. Es como una regresión lineal simple, no voy a decir que existe relación de causalidad...sería demasiado.

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viernes, diciembre 01, 2006

Críticas que van al corazón

Generalmente existe consenso entre los economistas sobre (casi) todo. Al menos entre aquellos que están en la torre de marfil. Esta torre puede ser internacional o la de cabotaje pero cada una tiene sus exponentes, son los economistas del Olimpo.

A ninguno que esté en el Olimpo le conviene diferenciarse mucho, quedaría expuesto, sería diferenciable, marcable. Un riesgo enorme. Se me ocurren dos opciones: (1) de ser cierta una postura diferencial lo llevará a generar celos, burlas, chicanas y todo tipo de mecanismos que licúen su logro, y adicionalmente no podrá subir más alto en la torre de marfil; (2) de ser falsa, se caerá de la torre de manera estrepitosa y dificilmente vuelva a integrar el selecto grupo. Será un economista más.

Ello implica que existen pocos incentivos para marcar la diferencia en el análisis económico. Se ve en Argentina, pero también en todo el mundo.

Mirar el REM (BCRA) basta para darse cuenta, o directamente tomarse un día semanal únicamente para leer todos los informes de coyuntura de estos olimpos para entender mejor la idea: nadie dice nada distinto.

Entonces...¿qué le pasó a Prat Gay?

En Argentina tenemos varias frases que quedaron para la historia, algunas como verdades irrefutables. Un ejemplo es "la exitosa negociación de la deuda". Nadie lo discute hoy en día. Hablar de la deuda sin escribir esa frase es "estar out". Y, sin embargo, Alfonso escribe una nota impresionante donde demuestra justamente lo contrario.
Nos peleamos con todo el mundo y quizá terminemos pagando a nuestros “derrotados” más de lo que ningún otro país haya pagado por deudas vencidas, aun en situaciones menos acuciantes que la nuestra. Por lo menos uno de estos dos costos –sea la pérdida de la reputación o los pagos excesivos– debería haberse evitado.
Eso viene acompañado de los números que lo justifican.

Me siento halagado aunque confirma mi poco manejo de los temas de la deuda. Como no soy del olimpo simpre critiqué el proceso de reestructuración realizado pero nunca pude justificar mi posición de manera tan clara. Pero tenía el presentimiento...el olfato económico me sigue funcionando.

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