Lascano, retenciones y después

Tal como hoy temprano nos señalara Musgrave, el Profesor Lascano, conspicuo miembro del Plan Fénix, escribió una columna de opinión sobre las retenciones en el Cronista.

El profesor asegura:

Los costos internos a pesar de la estabilidad cambiaria siguieron creciendo y achicando la rentabilidad de las explotaciones. Frente a ello, se manifiesta la protesta del agro y la reconvención de los partidarios de la exacción, quienes, además, denuncian la elevada rentabilidad del agro, como si ésta representara un episodio general y uniforme cuando no lo es, simplemente porque los rendimientos zonales tampoco lo son. El producido de la soja, por ejemplo, en zonas marginales representa entre un tercio y la mitad de la que se cosecha en las mejores áreas, sin considerar el costo del transporte que agregaría más desventajas.

Evidentemente existe un desequilibrio. Resulta más gravosamente alcanzado el productor marginal y alejado de los puntos de concentración del producto que quienes operan en zonas geográficamente privilegiadas con fuerte presencia de capital y de tecnología (reposición de nutrientes) en las funciones de producción. Equilibrar las cosas no parece tarea sencilla debido a la manera que se recauda la contribución. Se me ocurre que mientras las retenciones tengan vigencia, el costado fiscal podría ofrecer una solución de compromiso que restableciera imperfectamente el principio de capacidad contributiva conculcado. La imputación ponderada a cuenta de Ganancias podría contribuir a ello.

Luego, la afectación de todo o parte de la recaudación debería asignarse, entonces, a proyectos específicos de infraestructura que apoyen, entre otras cosas, a la producción que genera divisas y recursos tributarios. Frente al despegue registrado en el mundo rural, el fortalecimiento de la infraestructura coordinada e integrada de caminos, puertos, ferrocarriles, vías navegables, cadena de frío, energía, gas para fertilizantes, investigación y desarrollo, podría descomprimir las quejas y rescatar la idea de equidad en el tratamiento desigual de los protagonistas, ofreciendo, a la vez, un enfoque sistémico y audaz para el futuro, en la medida en que el gasto publico corriente ceda algo de espacio en favor de un porvenir que sin inversiones no luce promisorio..

Resulta positivo y alentador encontrar en su visión una compresión bastante elaborada de las particularidades del sector. De todos modos, la imputación a cuentas de ganancias me parece que sería la mejor manera para perpetuar el tributo por lo que considero dicha opción como un second best. Por otra parte, su mención a que dichos ingresos se destinen, al menos en parte, a obras de infraestructura tan necesarias y solicitadas, es para alegrarse y desear que esta columna llegue a oídos de quien corresponda. Y no es excusa que el gasto ya se incrementó mucho y está en altos niveles, con la posibilidad de expandirlo al 30% anual y manejando las partidas de manera eficiente, se puede hacer eso y mucho más.