miércoles, abril 25, 2007

La vieja, la nueva y la real: respondiendo a Artemio

Artemio, un amigo de la casa, escribe un muy buen post sobre la cuestión del desempleo y empleo informal. Utilizando los datos de la EPH señala una realidad que nos había adelantado en exclusiva y que evidentemente profundizó en su post. Llega entonces a un punto original, al menos respecto de lo que habitualmente leo, donde explica que el jefe de hogar empleado en negro debe complementar su salario con el de otros integrantes de su familia para poder superar la línea de pobreza. De esa manera ingresa en una dinámica perversa donde el nuevo empleado, hijo probablemente, deba abandonar sus estudios y dedicarse a trabajar en algún puesto poco calificado y mal remunerado, con escasas o nulas posibilidades de revertir su condición hacia el futuro.

Pero Artemio, con su afilada pluma y gracia habitual, no perdió la oportunidad de señalar al sector que, a su juicio, era uno de los grandes culpables de esta situación: el sector agroindustrial.

Utilizando datos agregados señala que el salario promedio del sector agropecuario es bajo y remarca el alto grado de informalidad en los mismos. En eso tiene razón, que más da, pero como todos sabemos, los agregados y las estadísticas en particular son como las bikinis, esconden lo verdaderamente importante. Veamos.

El sector agropecuario, tal como lo miden nuestras Cuentas Nacionales, mete a todo un grupo heterogéneo de rubros en la misma bolsa y, peor aún, deja afuera todo un grupo de enorme importancia como la industria alimenticia, entre otros. Dentro del grupo contabilizado existe una fuerte ponderación de los sectores de fruti-hortícolas en los cuales el trabajo demandado es de baja calificación y escasa especificidad. En ese contexto y bajo una economía de mercado, es natural que el salario promedio de dicha población sea bajo. Respecto de la informalidad reinante en dichos sectores, Mariano T. en algún momento nos iluminó, pero en todo caso puedo agregar que la propia estructura de este particular mercado hace que el incentivo a evadir sea muy alto y el costo de fiscalización evidentemente no se justifica por parte del Estado porque nunca en mi vida vi un solo inspector en las quintas.

Pero lo que esas estadísticas esconden es el grueso de investigadores, ingenieros, y licenciados que trabajan para los otros subsectores. Ese personal, altamente capacitado y de un desarrollado grado de especificidad, recibe sueldos muy por encima de la media, acorde a su preparación profesional. Estas empresas, casi todas exportadoras, tienen sus cuentas mucho más claras que cualquiera otra de la economía, sea del rubro que sea y por supuesto que la presión fiscal que deben soportar es de, al menos, el doble de lo que resulta de dividir los ingresos fiscales por el PBI.

Enumerando rápidamente algunas de estos rubros se encuentran el de golosinas, con innovaciones constantes (lic. en nutrición, lic en packaging, en MKT, bioquímicos y un largo lista de etc.), el de bebidas (nuevos lanzamientos de manera constante), lácteos (por lejos el rubro más avanzado, hasta expertos en reducidos grupos de bacterias tienen!), el de panificados, de carnes, aceites, etc.

A propios y extraños asombra ver la nómina de empleados de las empresas de esos rubros. Expertos en materias hasta hace poco tiempo desconocidas. El común denominador que las unifica en un solo criterio es la búsqueda constante de la innovación, el desarrollo de nuevos productos y el incremento del valor agregado.

Es verdad, con Mariano, Manolo, Carrio, los Grobo y tantos otros no tenemos nada que ver con la "vieja oligarquía". Pero la "nueva", tal como Artemio afirma que existe, es una visión distorsionada de la realidad, realidad que es mucho más compleja que el agregado macro bajo el cual se encuadra la actividad. Aquí intenté esbozar, de manera rápida y seguro incompleta, la que creo es la real.

Ya escribí mucho. Los dejo.

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6 Comentarios:

At 4:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Atribuir la informalidad a un sector económico es una broma.

La industria y la construcción que son las "estrellas" del crecimiento tienen 40% y 60% de informalidad. El Estado tiene 25%.

En fin. Es empobrecer el problema plantear la cosa como de responsabilidad de cada sector.

Oti.

 
At 4:23 p. m., Anonymous Anónimo said...

El asunto que se debe captar es que para salir del crac convertible e iniciar la recuperación era necesario aumentar la informalidad y reducir los ingresos de amplias capas de la población.

Oti.

 
At 4:24 p. m., Anonymous Anónimo said...

Digo "era necesario" dentro del modelo elegido. No es que fuera absolutamente necesario.

 
At 6:09 p. m., Blogger Artemio López said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 6:11 p. m., Blogger Artemio López said...

Abuelo, lo de "nueva oligarquía" es una broma, no pienso eso!!. Acepto su comentario, Mariano también lo señaló así. La información del INDEC asocia unidades diversas y se diluye la especificidad de los sectores. Pero ese es un precio universal para todos los agregados y no solo el agropecuario.
Igual creo que matizar es bueno y tomo esta información que me resulta muy valiosa y ojalá Ud. profundice con su habitual rigor que lo diferencia con ventajas incontrastables e innumerables de la Sra. Carrió, sin ir más lejos y cuya cercanía en mi post es solo un ( van 2) chascarrillo :P
salu2!!!!

 
At 9:52 a. m., Blogger Abuelo Económico said...

Entendí su post, en particular su final, como un chascarrillo, en confianza. Un abrazo!

 

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