Liberación del reloj, pero...
Jueves, paro de subtes, 17 horas. Decido irme antes de la oficina para evitar el caos de transito porteño.
Viernes, 16 horas, decido irme antes de la oficina para no toparme con el típico embotellamiento de la panamericana de un viernes post laboral.
Sábado, 13 horas, sigo trabajando en lo que no terminé en la semana por irme antes los días anteriores.
Algo de esto le pasa a mucha gente que no tiene la obligación de cumplir horario en la oficina, son los espejismos de la oficina sin reloj.
El beneficio de evitar los horarios picos del transito y de hacer otras tareas en típico horario laboral se mezclan con los costos de estar el fin de semana trabajando cuando veo a toda la familia disfrutar de su tiempo libre. El resultado o balance no logro definirlo con claridad. No sé que prefiero.
Qué nota, lo deja pensando a uno. Creo que prefiero ser "libre", y estar una hora de fin de semana frente a mi computadora que una hora holiendo smog en una cola para el colectivo.
Es verdad que el límite trabajo/ocio se pone difuso, hay que estar alerta. La liberación del reloj es un lujo irreprochable que hay que saber usar.
Dicen que cuanto más alto el nivel educativo, más se borra la frontera entre el trabajo y el ocio.
Sino pregúntele a los profesores universitarios.
Buena reflexión quaTTro.
Me parece que por ahí anda el tema, Ana. Evidentemente estos lujos son para quienes no debemos "fichar" y cumplir con ese rígido sistema de 8 horas de las oficinas ya que en realidad importan más otros aspectos relacionados a la productividad, originalidad y toma de decisiones correctas.
Abuelo,
Salir antes para evitar un paro también tiene otras obvias connotaciones. Vengo de una semana de laburo en Barcelona y lo que más me impresionó es la calidad de vida de toda esa gente. Mis amigos trabajan más bien poco y con un montón de cortes para desayunar, segundos desayunos, almuerzos, etc. Los viernes, para colmo, levantan campamento a las 14hs y se van a la playa... En Argentina se trabaja muchísimo más, quizás justamente porque estamos mal organizados, porque pasamos parte de nuestro día luchando contra ineficiencias propias y de terceros, etc. En fin, reventé de envidia! abz.
Ayer, cenando con amigos, charlabamos justamente de las horas "muertas" que tenemos por ese tipo de ineficiencias y llegamos a conclusiones similares.
Evidentemente son costos ocultos muy altos que reducen la productividad sin siquiera darnos cuenta.
Durante mi etapa de estudiante (en algún parate del tren entre Ramos Mejía y Once) hice el calculo del tiempo que iba a dejar en viajes, durante el transcurso de mi carrera universitaria.... casi dos meses de vida....
Inproductividad en las megalopolis podría ser una gran trabajo de investigación.
Un señor que vive en una ciudad de 3 millones de habitantes definitivamente tiene menos tiempos muertes que el ñato que comparte territorio con otros 8 millones de transeuntes.