Kirchner y sus dos versiones

En dos posts consecutivos (I y II) señalé la contradicción de pensamiento de Néstor Kirchner respecto de las retenciones. Antes de asumir las consideraba un mal impuesto que sólo servía para incrementar la burocracia del Estado al tiempo que quitaba recursos a las Provincias. En ambos posts me criticaron lo mismo: todo el mundo cambia sus ideas y eso no está mal.

Por supuesto que no está mal. Más aún en un país como Argentina donde todo cambia tanto que si nosotros mismos no cambiamos quedamos fuera de órbita. Es, además, una forma de crecer, de tener capacidad autocrítica.

Sin embargo, su cambio es llamativo. El estaba en contra cuando todo el mundo entendía que las retenciones se justificaban. La coyuntura del país permitía el impuesto: grosera devaluación no seguida por precios -> margenes de ganancias por el cielo; pobreza en niveles récords; ingresos fiscales por el piso.

A los pocos años todo cambió. Reestablecida la cadena de pagos, la rentabilidad empresaria y el nivel de empleo, los ingresos fiscales crecían a altas tasas. El pass through deva a precios comenzaba a afectar la rentabilidad, al tiempo que los insumos importados de la producción agrícola subieron fuertemente (petróleo mediante, entre otras causas).

Ya la retención no se justificaba en emergencia alguna. Y sin embargo, Mister President decidió avalarlas con todo. Y las aumentó hasta el 44%. Y subiendo.

Por eso critico su cambio de opinión. Cuando las retenciones eran "defendibles" las denostaba, y cuando no se sostienen, el las defiende a muerte.