En el mundo de compradores y vendedores rige una regla de oro: los primeros quieren comprar barato y los segundos quieren vender caro. Entre ambos se desarrollará una puja hasta que la transacción se lleve adelante a determinado precio. Los compradores y vendedores procurarán utilizar distintas estrategias con el único fin de mejorar su posición negociadora.
En granos la mayoría de las veces el poder estaba del lado del comprador extranjero. Este sabía que Argentina presentaba una capacidad de almacenamiento absolutamente deficiente por varios motivos pero el principal es que era escasa: no alcanzaba para guardar todos los granos. Consecuentemente, ante una oferta estacional como la agraria cuando el grano era cosechado algunos podían acondicionar y almacenar la mercadería algún tiempo, pero muchos debían abarrotar los puertos para darle salida a los granos. Y así, el comprador extranjero se ponía la servilleta, tomaba los cubiertos, y esperaba la entrada de la cosecha argentina para ofrecer precios por debajo de la paridad toda vez que sabía de la debilidad argentina que la obligaba a mal-vender buena parte de su cosecha.
Hija no reconocida de la devaluación fue la difusión de un gran invento que si bien se conocía desde 1996 no fue hasta el 2002 que cobró vital importancia: el silo bolsa. El silo bolsa no es ni más ni menos que una bolsa plástica en la cual se almacenan los granos a bajo costo permitiéndole al productor acopiar sus granos hasta tanto le parezca conveniente dentro de ciertos límites los cuales superan con creces un ciclo comercial. Como toda tecnología innovadora con claros beneficios para el productor, el silo bolsa no demoró en difundirse y hoy guarda más de 40 millones de toneladas de las noventa y tantas millones que se producen.
Su proliferación tuvo una consecuencia inmediata: la desestacionalización de las ventas. El poder de negociación pasó a manos del productor quien decide cuándo y cuánto vender sin presiones de cosecha. En ciertos momentos si el comprador quiere mercadería deberá pagar alguna prima que incentive las ventas, caso contrario no encontrará mercadería.
Los dos gráficos a continuación muestran las ventas externas de soja y maíz durante cada mes como share del total vendido en el año para tres períodos de tiempo. En ambos casos se notará que a medida que fueron pasando los años las ventas se han ido “achatando” dando cuenta de este importante fenómeno.
Ahora bien lector perspicaz, usted habrá notado que no mencioné ni incorporé el gráfico del trigo. Se podrá pensar que hay cuestiones técnicas por las cuales el trigo no puede ser almacenado mediante este sistema. Pues no es así, el trigo se puede almacenar tranquilamente en silos bolsas como de hecho muchos hacen, incluso como manera económica de segregar los buenos trigos para venderle al sector molinero a lo largo del año. Pero cuando vemos el mismo gráfico que para maíz y soja nos encontramos que lejos de desestacionalizarse la serie de ventas se registra una profundización de las mismas en los meses de cosecha.
Este comportamiento diferencial tiene una clara explicación: la política de restricciones cuantitativas a la exportación de granos del actual gobierno que tiene al trigo como principal, pero no único, damnificado. El trigo se exporta por cuotas generando cuantiosas rentas que se reparte el sector privado comprador. Asimismo se afecta el precio internacional de venta del trigo argentino ya que el saldo exportable local entra todo junto al mercado internacional al momento de cosecha. El sistema está armado para que se exporte los primeros meses post-cosecha y luego quede sólo trigo para la demanda interna. Un mercado sin competencia no es mercado. Servilletas y cubiertos por favor.
La comparación de precios entre el mercado de futuros argentino y el de Chicago permite ponerle números a esta situación: Entre 1997/98/99 el diferencial del precio de trigo argentino era de un -7,6% mientras que entre 2007/08/09 fue de -23.1% por encima de la retención del 23% (de ahí el famoso grito por el 46% que le sacan al trigo). En soja, ese comportamiento no sólo no existe sino que además se da al revés: Entre 1997/98/99 el diferencial fue del -5.7% mientras que entre 2007/08/09 fue de -1.3% (mercado eficiente si los hay).
PD de actualidad: El mercado de maíz también está afectado como el trigo pero menos que proporcionalmente. En particular, para esta campaña nueva se espera una exportación de entre 17 y 18,5 millones de toneladas. Ayer se anunciaron los nuevos cupos de exportación, cifra que se especulaba desde el Ministerio de Agricultura sería de entre 10 y 15 millones. Murió Néstor pero Moreno sigue mandando: se aprobaron sólo 5 millones. Servilleta y cubiertos por favor.
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