Soberanía Alimentaria: Nada mejor que un buen diagnóstico
Antes de comenzar el post, aprovecho para recomendar el site ITF –Iniciativa para la Transparencia Financiera- el cual tiene como director a Damill y Frenkel, y como coordinador a Alfredo Zaiat. En el Consejo Asesor no faltan apellidos de peso.
El último trabajo colgado del site tiene escasa relación con lo financiero pero ha sido incorporado como “debate de actualidad”, se trata de la soberanía alimentaria y fue escrito por Zaiat. Debate válido desde el vamos ya que el tema es de vital importancia y de extrema actualidad mundial pero tiene muy poca prensa.
Ante la situación por todos conocidas que puede resumirse en: incremento de demanda de commodities, determinados shocks de oferta, suba de precios de los alimentos, Zaiat lista las herramientas de intervención a las cuales el gobierno argentino apeló para contener lo que se ha dado en llamar agflation. Aún reconociendo sus pobres resultados, regala un manto de piedad al justificar las medidas tomadas en que ante este “nuevo” problema, los distintos gobiernos están en un proceso de que podríamos llamar de learning by doing. En el este proceso se avanza, se retrocede, se aprende, se mejora, y así, con la experiencia de los resultados, se irían ajustando los mecanismos.
Dejando para otro post si el proceso es nuevo o no, y si las medidas listadas se han usado por primera vez en estos tiempos o si tienen historia (y con resultados comprobables), me parece que el diagnóstico que aborda demuestra malas interpretaciones que, como en el mismísimo caso de la inflación mal medida por el INDEC, pueden llevar a cabo políticas subçoptimas basadas en errores de base.
Señalo algunos puntos de interés:
- Zaiat supone que soberanía alimentaria es lo mismo que seguridad alimentaria desconociendo las diferencias entre ambas y que, en todo caso, la seguridad alimentaria es parte constitutiva de la soberanía alimentaria.
- Zaiat expone esa vieja cifra por la cual se asegura que Argentina produce alimentos para 300 millones de personas y sin embargo no somos capaces como país de alimentar correctamente a 40 millones. Ese argumento desconoce que Argentina produce más intensivamente commodities para producir alimentos que alimentos en sí mismos. Basta mirar las cifras de comercio exterior para corroborarlo. Si uno va a un campo, abre una tranquera, y mira, encontrará granos de maíz, trigo, soja y girasol, entre otros. Si abre un silo encontrará lo mismo, pero apilados uno encima del otro esperando ser exportado en muy buena medida. Lo que seguro no encontrará son cajas de fideos, ni con carne, nada de golosinas ni barritas de cereales, no encontrará aceites ni nada que se parezca a un supermercado. Todo eso lo logrará luego la industria procesadora de alimentos quien tendrá el desafío de llegar a todos los lugares donde haya consumidores, con capacidad adquisitiva, por supuesto. Entonces el problema se vuelve distributivo, no de oferta. Argentina produce excelentes alimentos, de muy buena calidad y a un muy bajo precio. Nadie en su sano juicio propondría importar a gran escala porque no cerrarían los números jamás. Eso habla por sí solo sobre nuestra buena relación precio/calidad. Casualmente, este largo párrafo lo copié de un viejo post el cual se originó en una nota en P/12 del mismo Zaiat, quien me había citado.
- Asume que en argentina un “importante porcentaje de los 40 millones de habitantes no pueden alimentarse correctamente”. Al respecto vale recordar que para el propio Ministerio de Salud de la Nación ese no es un problema de salud pública. Sí en cambio lo es el sobrepeso.
- Aborda el debate de los biocombustibles. Considerando el maíz (principal grano al que apuntan los cañones), sólo se utilizan 92 millones de toneladas o menos del 9% de la producción mundial de granos forrajeros.
- Cuando da ejemplos de agflation, cita el caso argentino del tomate y el boicot de compra. Al respecto, vale recordar lo que dijo en su último informe de inflación nuestro propio Banco Central: fue un shock de oferta. Como tal, normalizada la oferta, los precios responden. Fue lo que pasó.
PD: El problema técnico que tuve no se debía a los caracteres del post sino a los caracteres utilizados en los tags. Evidentemente había seleccionado muchos y superaba ese límite impuesto por blogger. Gracias Sebastián por el comentario.
Etiquetas: alimentación, argentina, biocombustibles, economía argentina, etanol, hambre, inflación, nutrición, política agroindustrial, zaiat
Bueno, el propio Ministerio de Salud Pública no tiene por qué reconocerlo. Es mucho más fácil reconocer una enfermedad de la abundancia (el sobrepeso) que de la escasez (la desnutrición). Y aunque Argentina produjera alimentos nomás para 50 millones, eso no debería existir en el país que ¡todavía! ostenta el record de calorías consumidas per capita. Y desgraciadamente, existe.
Pero Ana, el tema es que lo que dice el MSAL sale de la Encuesta Nacional de Nutrición, no de un discurso político dicho en el gran Buenos Aires.
Respecto de lo otro, estoy totalmente de acuerdo. No debería existir. Una locura.
La carestia y escasez de carne que se experimentan desde algun tiempo en esta capital tienen en tortura mi espiritu ... La prohibicion que se hizo anteriormente (de exportar)... no ha obrado el efecto que se esperaba...
Esto lo dijo Pueyrredon a principios de 1818 y solicitaba finalmente que si a alguien se le encendia la lamparita se acercara al fuerte por la matina que lo iba a recibir
Veinte años no es nada, pero 190 un monton
El hambre o la escasa alimentación no es un problema relacionado con la disponibilidad de alimentos, ni con ningùn eslabón de la cadena agroalimentaria.
Es un tema de ingresos, y en cierto modo también de cultura aliemntaria: en la Argentina, al revés que en el resto de Latinoamérica, se consumen muy pocas legumbres, a pesar de que somos unos de los mayores exportadores de porotos.
Asì que todo análisis del tema alimentario que pase por la producción o elaboración de alimentos esta mal enfocado.
Hay argentinos que comen mal, se visten mal, se abrigan mal, se educan mal, no tienen acceso a un sistema de salud mínimamente decente, etc, etc. Es un tema social y económico, no de "soberanía alimentaria". Los ponjas se alimentan muy bien, y con alimentos impoortados y caros.
A.E, me vino justo su post, ayer me preguntaba eso de los alimentos para 300 millones.
Concuerdo con Mariano T, el problema son los ingresos de la gente. "Más y mejor trabajo".
Ahora con la leche si tenemos agflation.